miércoles, 31 de diciembre de 2014

Estrellas fugaces

A los dos nos ha cambiado radicalmente la vida este año. Seguimos siendo los mismos, con los corazones quilteados a mano con tonos pastel, con tu chaqueta de pana y el jersey con cuello cisne de las presentaciones y los nervios crecientes mientras escuchamos los tonos de llamada y esperamos que el otro no responda al otro lado.

Hoy he comenzado a tejer al lado de Penélope, no quiero propósitos volátiles para mañana. Sólo pido una docena de peces globo que poder alimentar con la bombona de helio que nos sobró del último cumpleaños, y así, cada vez que nos pensemos podamos mirar allá arriba y recrear las sonrisas que nos regalaremos al ver lo que todos los demás confundirán con estrellas fugaces.

Vas a tener lo mejor de lo mejor, ambos lo sabemos.

Un besote, Eu

PD: Mis mejores deseos para mis mosqueteros virtuales

domingo, 7 de diciembre de 2014

Visita en casa.

CONTIGO 2 más 2
a veces suman 5 y otras 3, 
amiga de un reloj
tictactictactictac
que oyes en la pared.
Me miras preguntándome
en la ventana, en pie, 
si son verdad o mentira 
las cosas que se ven.
Y por más que miramos
yo tampoco lo sé.
La hora, los semáforos, 
las doce o las diez
los ha inventado un viejo 
Mandarín de un traspié.



Lo más seguro es
que si cruzo el pasillo
tú estás entre mis pies
mordiendo mis cordones
siempre en medio, ¡hay que ver!, 
porque te llamas Jueves
y algo tendrás que hacer.
Te nombro capitana de la dicha
y de todas las cosas que no sé.

                               José Julio Cabanillas     (PARA LA GATA JUEVES)


viernes, 28 de noviembre de 2014

Tomando Precauciones

(Leonard Cohen - Take this Waltz)


Esta mañana salí desnuda deliberadamente al balcón: dejar cubrir mi cuerpo de la opacidad de la niebla, transpirar el halo de la oscuridad que abraza con la alevosía del amante herido.



Mi cuerpo con diáfana querencia paseará calmado a tu lado. Sin ritmos, ni palabras, ni besos. Y una última vez detendré el tiempo en el instante mismo en el que debería haber estallado la Revolución.

Me dejo llevar por el olor en tus manos: en una sala de espera llena de despropósitos ese olor a pastilla de jabón de manos me hace perder la concentración y ya sólo siento el metrónomo sobre el mostrador de la recepción. Esta vez, mujer, no me has contado una historia de borrachos. Esta vez me has contado que no puedes comprar el pan de hoy, el hambre de mañana.

Que se te haya descosido la bastilla de la falda ha sido el detonante de la carcajada. Y ahí hemos amanecido: mamás suricata, desnudas, en sus respectivas  atalayas, tomando precauciones.


domingo, 23 de noviembre de 2014

Comentario de referencia

Domingo por la tarde. Al igual que cuando era una colegiala con coletas y uniforme, no he tenido fin de semana suficiente para ponerme a hacer la tarea hasta ahora, y aún así, seguro que dejaré pasar las horas muertas, y no escribiré en la primera libreta hasta ya entrada la noche.

Me siento en mi mesa desordenada, llena de pies de página. Abro el cartapacio y releo el primero de los ejercicios: Comentario de texto.

No consigo comenzar. Faltan datos... ¿de qué color era el Dinosaurio Celó?





lunes, 17 de noviembre de 2014

43,93 meses

TRATADO DE ANATOMÍA:

(...) el óxido entumece las articulaciones hasta convertir en imperceptibles para el ojo profano las convulsiones producidas en la parte autómata de cualquier cuerpo humano. La ralentización del movimiento aleja la caducidad de los sentimientos hasta convertirlos en ideas afines a otras ciencias ocultas.

Desaparecen los tonos azules y la transparencia inunda la trashumancia de los sueños. Y así de un verano al invierno, de un invierno a otro verano, y luego otro invierno...

Sólo perdura una masa informe de recuerdos (y las tildes de estos sólos, que me niego a desfallecer), caminando desolados por terrenos áridos, desérticos y calizos. La nada confunde al todo, disfrazando la pastoral con literatura erótica.



MEMORIA SELECTIVA:

La plastilina ya no es lo que era. Uniendo colores conseguía tonalidades impronunciables, manos teñidas de sabores a oriente, mesa tintada de zoco tunecino...
Fabrico recuerdos en las dos clases de plastilina.
Los que no pierden color ni se mezclan con otros acaban separándose, desapareciendo. Y la plastilina gris que formaba la tristeza siempre será plastilina gris con pretensión de tristeza, y el rojo de los besos dados serán solo besos color carmín, y la plastilina verde con forma de viernes aburrido nunca podrá unirse con los colores a espuma de un paseo por las playas de Zahara... El tiempo las reseca, las borra.
En los cajones del buró guardo pastillas de plastilina de mi infancia. Puedo mezclar así los recuerdos unos con otros, y las lágrimas de plastilina blanca se unen con los tonos café de una larga tarde de tertulia, las gotas de lluvia se pintan del amarillo de los adoquines hacia la ciudad Esmeralda. Y los días, y los momentos, y nuestros recuerdos se unen consiguiendo uno de esos colores impronunciables con los que poder modelar la mesa y la silla en la terraza de un bar cualquiera, en los que poder sentarme a tomar un café con leche y sin azúcar mientras contesto el sms que acabo de recibir: No te preocupes, te espero, tranquilamente.