martes, 20 de marzo de 2012

Bonus trak

Hace dos días me crucé mientras conducía con una abubilla robando bocanadas de aire para no perder el vuelo.

Nos quedamos sin sombra, pero también nos quedamos sin aire con el que respirar. Buscamos la manera de sobrevivir, aunque ya queden pocas esperanzas.

Siempre compro mis CDs. Los abro en cuanto salgo de la tienda y regreso al coche para empezar a oírlos de camino a casa. Primero una demo de los primeras notas de cada canción, y luego las dos o tres primeras canciones completas (los minutos de la vuelta no dan para más, aunque si voy contigo no verías raro desviarme de carretera para entrar en casa por el cementerio).

Si queda día, pasa tatareando lo que recuerdo o lo que imagino que recuerdo de cada nota: nuevas historias contadas con palabras y el eco de otras voces.

Y por la noche, ya en la cama terminar de oír lo que queda. Y quedarme dormida, imaginando en versos ajenos. Con suerte llega mi beso de buenas noches, mi bocanada de aire que me mantiene unos cuantos días más. Después del silencio final, aparece sin aviso otra última canción, un bonus que cambia el rumbo de mis sueños, que me lleva a esa isla en la que por fin me descubro.


2 comentarios: